lunes, 7 de junio de 2010

Una noche no muy común


Una noche, ya muy tarde, llegué a un pueblito perdido y, para mi sorpresa, los pobladores me estaban aguardando. Sin decir una palabra, me rodearon y me llevaron al centro de la plaza. Me ataron al tronco de un árbol y, en silencio, desaparecieron.

De mañana, temprano, regresaron. Y me dijo uno de ellos: "De lejos te vimos llegar pero nos dimos cuenta que venías sin tu alma. Tu alma te andaba buscando y por eso te amarramos, para que te encuentre. Ahora podemos soltarte”.

Cuando me soltaron no supe que hacer, si darles las gracias o salir corriendo, se quedaron observandome y un momento despues se retiraron a seguir buscando almas. Asustado caminé sin rumbo buscando un refugio.

No hay comentarios:

Publicar un comentario