miércoles, 7 de julio de 2010

El loco de la mancha


En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, hace poco tiempo vivía un hidalgo de los de lanza de taller, escudo antiguo, caballo flaco y galgo corredor. Una olla de algo más vaca que carnero, salpicón las más noches, duelo y quebrantos los sábados, lentejas los viernes, algún palomo de añadidura los domingos, consumían las tres partes de su hacienda. El resto de ella concluían con vestimenta hechas de una paño lustroso, zapatos de taco afelpados para las fiestas, con sus zapatillas de lo mismo, y los días de entre semana se honraba con su telas más finas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario